La difusa línea entre democracia y dictadura .

Paul Walder, párrafos seleccionados.
- El estado neoliberal, aquel que pregona todo tipo de libertades, es un estado represor. Y no tiene alternativa ni salida. La desigualdad que produce la economía de libre mercado, desigualdad inherente a este capitalismo extremo, requiere de vigilancia permanente, de organismos de seguridad, de policías militarizadas. Porque mantener el mal denominado libre mercado, que sólo otorga libertad a los grandes propietarios, es mantener la herramienta que multiplica todas las desigualdades y exclusiones.

- La policía militarizada no sólo reprime al delincuente común y sus derivaciones, siempre pobres, de origen y situación, sino a los trabajadores, sindicatos, estudiantes y ciudadanos. A todo atisbo de organización social. La máquina represiva está al servicio del statu quo...

- Pero nada de ello es visible para el ciudadano común, alienado con la realidad construida por los grandes medios de comunicación. El conflicto mapuche, mediatizado e impulsado por El Mercurio –cuyos vínculos con los terratenientes y las empresas forestales en la Araucanía son bien conocidos- circula por el resto de los grandes medios, en manos de las corporaciones y sus favorecidos.

- El mapuche, el indio irracional y violento que alegoriza esta prensa, es aquel otro. El burgués y el aspirante a burgués, en su desesperación por integrarse ya no solo le teme. Ha comenzado a odiarlo.

- Es una construcción perversa y peligrosa. Como la que desarrolló aquella misma prensa afín a la dictadura durante los nefastos 16 años. Aquellos “otros”, perseguidos, asesinados, maltratados y denigrados, fuimos nosotros. Hoy, nuevamente, el diferente, el mapuche, el no chileno, violento, el “terrorista”, somos otra vez todos nosotros.

El desvío de lo real.