Niños negros, mujeres chilenas, padres homosexuales y otras hierbas.



En el año 1949 la mujer chilena obtiene su derecho a voto, se opusieron a esta medida, como siempre, sectores pro-discriminación (ese hibrido entre religión y derecha).

La misma tendencia política-social se opuso igualmente a la Ley de Divorcio (Noviembre 2004): “El matrimonio es para toda la vida”, era la consigna. Pero resulta que algunos de ellos tuvieron quiebres matrimoniales, es el caso, por ejemplo, de Andrés Allamand (RN) e Iván Moreira (UDI) quienes no dudaron en rehacer sus vidas sentimentales. El primero es “pololo” de la conservadora (UDI) Marcela Cubillos (del mismo modo ella posee un matrimonio a cuestas) mientras que el segundo “pololea” con una de las hijas de Belisario Velasco (DC).

En otro punto, por los años 50-60 (y antes) en EEUU los niños negros no podían ingresar a las piscinas publicas. La población dominante creía que sus niños podían contagiarse con alguna enfermedad propia de esa raza. Las excusas para no integrar a esa minoría eran -como siempre las de siempre-, pero ahora añadían una nueva premisa:

- Los niños son crueles y van a vejar, humillar, ofender, dominar, avasallar a los nuevos visitantes. Y estos van a crecer con resentimiento y un daño sicológico (sino físico) de proporciones que producirán inadaptación o resentimiento social.

Pues bien, esta idea es completamente VERDADERA. Sin ser sicólogo es obvio que los niños son crueles. El matonaje infantil va en contra de los vulnerables, los menos. ¿Qué duda cabe que los niños negros no la pasaron nada de bien y la incipiente generación debió tener más de un problema?

Pero también es cierto que pasada la primera etapa de niños negros en “piscinas de blancos” estos blancos comenzaron a encontrar “relativamente normal” a “los otros”. El tiempo demoró, pero finalmente pasó. El miedo a lo desconocido se debilitaba porque, básicamente, comenzaron a conocerse.

Los “males propios de negros” por lo menos no eran transferibles en piscinas. Sus miedos comenzaron a desaparecer, mientras que comenzaban nuevas formas interacción: Al parecer, la integración tampoco los perjudicaba en demasía (por lo menos a los niños).

Actualmente pasa algo similar con niños abandonados o en condiciones de extrema pobreza que, eventualmente, podrían llegar a parar en algún “matrimonio anormal”.

La forma o consigna de grupos conservadores es la misma “Los niños van a ofender a los que poseen dos padres o dos madres. Y el eventual daño sicológico es latente”; mientras que el fondo también es el mismo: “Los otros no pueden hacer lo que yo no quiero que hagan”.

Las excusas para que dos personas del mismo sexo no puedan unirse en matrimonio civil (adoptando hijos) son abundantes. Seguir con más ejemplos es una majadería del porte de un buque, por lo demás el medio nos recuerda a diario las posiciones de las iglesias y múltiples sectores pro-discriminación.

La contemporánea-conservadora-moda-retro ya armó su discurso; nos dice que estos niños sufrirán vejámenes. Y, por sobre todo, son LOS NIÑOS los que deben ser la prioridad pues este debe ser el centro de atención: "Lo demás es politiquería".

Pero si esos pequeños gringos negros no hubiesen sufrido en primera instancia, que no quepa la menor duda que hasta el día de hoy no podrían bañarse en piscinas municipales. Como a su vez las primeras mujeres en votar eran miradas de reojo, tampoco cabe duda que si no hubiesen soportado esas miradas inquisidoras, actualmente las elecciones serian exclusivamente de hombres, así como las piscinas de blancos.

Más aún, las religiones (o sectas) no oficiales tampoco podrían ejercer sus derechos (constitucionales) si los primeros integrantes no se hubiesen atrevido a protestar por lo que creían que les era justo, mientras católicos los miraban como verdaderos orates (religiones paganas). Como tampoco los hombres podríamos usar pantalones cortos sin que los primeros hubiesen recibido burlas al salir a la calle… etc.

Es de esperar que infantes desamparados reciban los bienes materiales y el amor, dedicación, educación y/o rectitud de quien pueda y quiera entregárselo. Es lógico que la familia (no en términos conservadores) sea más cálida y prospera que el orfanato.

La pregunta debería ser ¿Cuánto tardaran los niños en superar el miedo a los otros, a lo desconocido? ¿Cuánto tardaran en reconocerse como pares? ¿Puede disminuir este proceso la correcta ayuda de profesionales?

El problema es que Bachelet, las diversas iglesias, la Concertación, toda la derecha y parte del Juntos Podemos (especialmente el PC) decidieron castigar a los niños desamparados prefiriendo someterlos a un albergue antes que a una unión que ellos estipulan desviada. La homosexualidad es no es un ejemplo, es perversa.

Me pregunto:

¿Cuándo fue la ultima vez que usted recuerda que un homosexual violó un menor?

¿Cuándo fue el último mes que usted recuerde en que no haya estallado un caso de abuso sexual por parte de Pastor Evangélico o Cura Católico?

Véase también La Píldora y el debate que no es.